domingo, junio 23, 2013

Sueño


Estábamos afuera de la parcela, nuestro hogar, muy parecida a la de la tía Gladys en El Tabo, donde pasé gran parte de las vacaciones de mi infancia, con un pelo muy largo y trenzado, un chaleco tejido por mi abuelita y un pantalón para nada ceñido al cuerpo. Estaba con Daniela, mi hermana, quien lucía su altura de manera majestuosa y segura, dejando de lado esa fragilidad que siempre parece acompañarla. En unos arbustos una familia de desconocidos buscaba algo. El que parecía ser “el padre” decía que por esos lugares debía estar el “cuaderno de notas”, era muy importante encontrar ese cuaderno. Todos encorvados buscando, también yo, cuando de repente, entre aquella desordenada naturaleza de rocas y arbustos sale un gato gris, con un ojito malo, muy delgado y a maltraer. Yo le grito “Django, Django!”, pero no me atrevo a acercarme. Daniela lo toma delicadamente y me lo pasa. Lo aprieto contra mi pecho pensando en qué dirá Matías cuando lo vea en este estado y diciéndole mientras le lloro encima: “No sabes cuánto te eché de menos. No sabes”.

Abro los ojos. Estoy mirando un cojín y mordiendo casi violentamente el plano de relajación. Mi almohada está llena de lágrimas donde tengo apoyada la cabeza.

No sabes cuánto te extraño Django. No sabes.

viernes, agosto 05, 2011

Clavo medio oxidado

Ayer, cuando íbamos en el metro nuestras manos estaban tomadas, pero no fue capaz de mirarme ni hablarme en ningún momento. Quise entonces dejar de pensar y sólo sentir... entonces sentí que lo único que nos mantenía juntos en ese instante eran las manos... y debo admitir que me dolió mucho.
Supongo que no quiere verme ni hablarme porque cree que soy muy dura con él, pero recién hoy comprendió por qué estoy tan dolida, y fue porque se lo dije.... "porque te quiero, idiota".

Honestamente pensé que las cosas se estaban arreglando, pero he agarrado la mala costumbre de equivocarme últimamente.

No sé si puedan arreglarse, porque no entiende que el que tiene que perseguir y pedir perdón y tratar de reconquistar es él... y por sobre todo porque no entiende cuánto lo quiero.

Espero pronto llegue otro clavo, para sacarme a este ya medio oxidado...

jueves, julio 14, 2011

2 años más tarde

Hace dos años que no escribo en el blog. No es que no tuviese el tiempo, es que no me lo daba.
Tengo insomnio, soñé una pesadilla y ahora simplemente no puedo dormir.
Estaba en un ampliado de ingeniería, era distinto, como una sala de clases. Estaba el Nacho. De repente llegan Adam y Emmanuel tarde. Adam comienza a dirigir la weá mientras Emmanuel me pregunta qué hago ahí. No sé por qué se levanta la polera, no es su guata, sino la de Adam, algo que siempre me cuestioné por qué no me molestaba, si era abultada y peluda, y la única respuesta que se me venía a la cabeza era que lo quería mucho. Le digo a Emma que ya me voy, que no volveré y él me responde que mejor, que no necesitan animalistas ni ambientalistas en reuniones serias, que ahí se discutían cosas del estudiantado. Le respondo que jamás había llevado esos temas al tapete, pero que de todas formas me iría porque me sentía incómoda. Todos me echan diciéndome que no me necesitan.
Me siento herida humillada. No quiero ir al Centro de Alumnos, pero quiero ir a la marcha. Creo que tendrá que ser una cosa o la otra. Aprovecharé de renunciar.
Mientras trataba dormir no podía dejar de tener flashbacks de la pesadilla con un soundtrack horrible que consistía en la canción del grupo My Chemical Romance "I'm not OK" (puaj!).
Luego seguía la canción "Monsters" de The Gathering y una tercera canción que no recuerdo. Esas tres canciones repetidamente.

Todavía me siento herida.
Verbalizando lo que siento físicamente es esto: un arnés de metal cruza mi pecho. Es frío y tiene un agujero cerca del corazón con una estaca a medio clavar. Cada vez que lo recuerdo me martillan la estaca un poco más.
Aún me siento herida, pero es normal. Cualquier persona se sentiría así.
Lo que no consuela mi dolor.

miércoles, marzo 04, 2009

Hace rato me di cuenta de que reviso muchas veces al día mi mail digno (camilagomezm) para ver si me ha llegado alguna propuesta de trabajo. Propuesta de trabajo que problamente rechace porque ya voy a entrar a la universidad y si trabajo sería ahí mismo o con mi hermana cuidando a sus perritas. Pero nada.
Nada parecido siquiera a podríamos tal vez quizás en algún universo paralelo a este necesitar tus servicios. Nada. Y se supone que la cuestión era con pituto y que si yo metía mis datos en esa fuckin página muy probablemente me llamarían para trabajar de promotonta en alguna parte.
Al parecer el hecho de que mida 1.60 y que pese 54 kilos (lo que es mentira, porque la última vez que me pesé eran 57) y que tenga ojos cafés y que no haya ingresado mis medidas de busto, cintura y cadera porque me da vergûenza (no sé como callampa se coloca la diéresis en este notebook) es muy poco relevante para las personas que buscan y contratan gente. (Ojo con esa rara combinación de "muy poco").
Igual es un poco triste que no te consideren para esas tonteras. Aunque es más patético. Y es eso lo que me da pena. Ser tan patética. Y seguir revisando el mail. Y sin hacer cosas que quiero hacer porque no se qué.Y escribir tonteras. Y vivir tonteras. Y decir tonteras. Y sentir tonteras.
Yo no era así.
Antes era fuerte y obstinada.
Ahora soy fuerte pencamente y obstinada al peo.
Antes era más delgada.
Antes leía más.
Y veía mas películas.
Ahora me arrepiento de no arrepentirme por no hacer las cosas que debería hacer.
Como usar la weaita de mouse que viene con el notebook en vez del que acabo de conectar al puerto USB.
Hoy no es mi día.
Últimamente no he tenido muchos días.
Pero en fin.
Shit appens.

lunes, febrero 16, 2009

Sin título

Esto lo escribí el 24 de Noviembre del 2008 en un cuaderno con portada de letra oriental que no sé qué significa.


Lo que este mundo necesita es que todos los parlamentos exploten con Beethoven de fondo.
Lo que este mundo necesita es olvidar;
olvidar discriminaciones, tareas innecesarias, obligaciones absurdas, dogmas impuestos.
Olvidarse hasta de sí mismo.
Así ver la verdad. Clara. Siempre. Eterna. No es complicada. Luminosa. No es abstracta. Única. No es subjetiva. Real.
Es.
Indiscutible, improvisada, pero jamás azarosa. No muerde ni ladra. A veces molesta, si no sabes recibirla.
Es Historia. Filosofía y matemática.
Es biología. Es música.
Por eso lo que el mundo necesita es que todos los parlamentos caigan con Beethoven de fondo.
Tchaikovsky también es aceptable.


Es raro. Parecía tener tanto sentido en ese momento...

jueves, febrero 12, 2009

LUNA

Ayer por la noche falleció Luna.
Vivió bien, creo yo.
Fue una gata poco convencional; no salía del departamento, era increíblemente arisca y cuando estaba en celo se comportaba de manera muy extraña con los hombres (sí, con los hombres, no sé si con los gatos, pero puedo asegurar que coqueteó a más de algún ex-compañero). Con la mamá de Nadine era aún más rara, absurdamente amorosa como si jamás hubiese tratado de matarme lenta y dolorosamente, y cuando la señora se daba vuelta, me miraba con su cara de "la próxima vez no fallaré".
Peluda y gorda se calmó un poquito cuando la esterilizaron, aunque debo admitir que igual no tenía el coraje como para acercarme a ella sin sentirme increíblemente amenazada.
Es que era muy regalona. Con una personalidad demasiado humana para una gata.
Igual le tenía cariño, pero más cariño le tengo a la que fue su dueña, Nadine, que la cuidó como una hermana, a veces mayor, otras veces menor.
Ella sufre y yo sufro por ella.
Es que es triste perder a una mascota, especialmente si nunca lo trataste como mascota y le hablabas y te reías con las cosas que hacía y te enojabas cuando no reaccionaba como esperabas así como lo esperas de un amigo. Te da pena, porque no estuviste ahí en tantos momentos que en realidad nunca pensaste que podría necesitarte pero ahora que le echas una segunda mirada quizás sí te quería a su lado y tú puro haciendo tonteras lejos de ella.
Dicen que los gatos no son fieles, porque si no les gusta donde están se van a buscar un mejor hogar. No creo que eso tenga que ver específicamente con la lealtad (quizás un poquito pero mezclado con empatía), sino más bien con la exigencia, escrúpulos y exquisitez de ese ser peludo con cola y ojitos como bolitas rellenas de agua pintados por dentro al final, en la orilla que da hacia la cabeza. Creo que si Luna hubiese querido, se hubiera ido, porque supongo que oportunidades tuvo muchas, viviendo en el segundo piso de un departamento en el que las ventanas, como en la mayoría de los hogares, se abrían.
No se fue porque le gustaba estar ahí.
Que le hicieran cariño cuando llegaran del colegio o del trabajo, que le hablaran cosas en un extraño idioma que sonaba gracioso, que lloraran junto a ella después de una discusión abrazándola como si fuera el único ser confiable de la Tierra, que la alimentaran más de lo debido, que la dejaran dormir arriba de la cama, que la respetaran y la quisieran.
Que a veces le llevaran unas gatas que no saben hacer más que joder todo el día, pero que igual las quiere como si fueran sus sobrinas.

Vivió bien la Luna.
Todo fue repentino y doloroso, pero los temas de la muerte suelen ser dolorosos, y extrañamente son más dolorosos para el que no se muere.
La quieren harto todavía.

Para ti Luna.

viernes, junio 13, 2008

La señora Alicia

Todos los días se muere alguien.


Tenía ganas de escribir del caballero del kiosko, anónimo, como la mayoría de las personas en mi vida, que murió un día, dos días después de haber caído inconsciente luego de un paro cardíaco en la facultad de Geo, de haber agonizado por un problema al corazón que nunca había molestado.

Todos los días se muere alguien.

O de la gran cantidad de personas que se han muerto por los alrededores de mi casa.

Ayer murió la señora Alicia.
Era la madre de mi tío Vladi, cuando era más chica le decía tío Millo porque creía q era millonario ya que cada vez que se me caía un diente era el primero en darme 100 pesos.
Tenía alzahimer.
Vivió en la casa de un hijo, cuidada por la esposa por mucho tiempo. El año pasado o antepasado llegó donde mi tío Vladi. Mi tía Maru, su esposa, la puteaba todo el día, la traba de vieja culiá cuando se refería a ella y definitivamente la quería fuera de la casa. El año pasado mi tía Maru se calló de un piso en el q se subía para buscar no se qué estupidez. Se calló dos veces, las suficientes para quebrarse la cadera. Ahora usa muletas.

Trato de empatizar con ella, y aunque anduviera con muletas, no trataría tan mal a una anciana.

Es verdad, la vieja ya no se acordaba de si había comido, quería ir todos los días al doctor por un herpe que supuestamente tenía en la axila y había perdido dos placas de dientes, junto con todo su dinero. Quería comprarse un departamento para vivir con su esposo (que no sé qué tiene pero anda en silla de ruedas), así que ahorró plata y se lo compró, lo malo es que lo hizo a nombre de una nieta, que se la cagó bakán y se quedó con el dpto.

Así que no tenía mucho.

La señora Alicia tuvo pulmonía antes de morir, porque se levantaba por las noches para ir al baño, y como su pieza estaba atrás tenía que cruzar el patio para llegar (La verdad es que la estructura de la casa de mi tía es bien rara, sólo hay una pieza que puede ir al baño sin cruzar al patio, la matrimonial, el resto, de la Paola y el Alfonso y la señora Alicia, tenían que salir, para luego entrar). Se resfrió. Se murió.

La próxima semana la iban a internar en un lugar de reposo. Ella sabía, firmó voluntariamente según mi tía.

La tarde anterior a su muerte mi abuela fue a la casa, mi tía la vistió y la abrigó para que se levantara, mi abuela me dice que estaba hinchada, que sus manos parecían pelotas y que no podía cerrar la boca. La llevaron al living. Le dijo a mi abuela que se iba a morir, se pasaba diciendo eso los últimos días. Le achuntó.
Mi wely Inés le dijo que de jara de decir tonteras, ella le dijo que quería ir a su casa, que quería ir a la casa de mi wely. A mi abuela no le gustaba mucho la idea de tenerla acá, pero le dijo que si amanecía bien, ella misma le iba a pedir a mi tía que la llevara, para que saliera a pasear y tomara un poco de aire.
La noche anterior a su muerte se levantó dos veces, mi tío la retó, porque se iba a enfermar aún más. Ella le decía que no, que se levantó porque su papá y su mamá la habían venido a buscar, por eso se levantó.

Mi tía vistió al Alfonso, su nieto, para servirle el desayuno a la señora Alicia. Cuando llegó a la pieza notó que no se movía.

Fue repentino. Sus hijos la vinieron a ver. Ninguno quiso hablarle a Julio el primer día. Julio es el padre de la nieta que se cagó a la señora Alicia, y parece que, teniendo plata, nunca quiso ayudarla.

A mi me caía bien la señora Alicia. Vino para mi cumpleaños y dijo q todo estaba rico. Conversó con mi wely Teresa. Movía su cabeza asintiendo.


No sé si de verdad sabía que se iba a morir luego o si era la enfermedad hablando.
Pero es raro.
Creo que como para volver a escribir.
Después de crisis personales.
Llantos y risas.
Unos.
Nada.
Todo.
Me gustaría poder escribir más seguido, pero mis dedos me lo impiden.
Mi mente sigue funcionando siempre.
Sólo no sirvo para contenerla.
Quiero liberarla.

Ahora la señora Alicia es libre de todo lo terrenal que la acongojaba.
Ahora nada la molesta, porque nada existe.
Al menos se acabó todo para ella.
Espero haya sido feliz, dentro de lo que se puede.